Teoria i practica del curriculum
martes, 15 de febrero de 2011
martes, 1 de febrero de 2011
RELATO
DISMINUIR LAS DIFERENCIAS SOCIALES
Jorge García es un niño de 12 años, que acaba de empezar 1º de ESO, es su primer año en el instituto. Como cualquier niño de su edad vive en la casa de sus padres, con ellos y sus dos hermanos menores, todos son amantes incondicionales del deporte, excepto él, que cambia las deportivas por el ordenador y los balones por los juegos de rol. Como se puede deducir del mote que utilizan sus compañeros de clase (Moby Dick) se trata de un chico con un sobrepeso considerable a la vez que torpe en el deporte.
Cada mañana los tres hermanos desayunan juntos en la cocina de casa y vivéndose siempre la misma escena: Andrés y Cristian hacen comentarios despectivos sobre la apariencia de Jorge, criticando cada bocado que da a las tostadas. Al llegar a clase, la situación no es muy distinta, Jorge es la diana de todas las críticas y burlas de sus compañeros, únicamente cuenta con la amistad de Pedro, el chico nuevo de clase que ha depositado su confianza en él.
Pedro ha sido durante mucho tiempo el capitán del equipo de fútbol de su anterior colegio, además ha formado parte en torneos internacionales infantiles y benjamines. Ahora está entrenando para poder pasar las pruebas y entrar así en el equipo del instituto. Pedro insiste mucho a Jorge para que se presente con él a las pruebas, hasta el punto de que ha conseguido que empiece a dejar de lado el ordenador y se una a acompañarle en algunos entrenamientos. Parece que a Jorge le va gustando esto del fútbol así que decide presentarse para las pruebas como portero ya que es lo que mejor se le da.
El día de las pruebas hay muchos chicos dispuestos a entrar pero de los 18 chavales que pueden hacerlo todos creen que 14 serán los mismos que jugaban el año pasado ya que son de muy buena calidad. Todos tienen que pasar por todas las pruebas (delantero, portero, central, etc.), el entrenador elegirá a quien crea conveniente y luego le adjudicará su puesto, así pues, los dos muchachos van todo el rato juntos. Están muy nerviosos pero también muy dispuestos a esforzarse al máximo para conseguir pasar las pruebas.
Tras realizar algunas buenas acciones y cometer algunos fallos se acaba la prueba. Pedro está muy contento al salir de allí, sin embargo Jorge cree que no conseguirá entrar en el equipo… ¡Lástima que tengan que esperar al día siguiente para saberlo!
Finalmente Jorge no entró en el equipo, pero gracias a Pedro consiguió que el resto de sus compañeros le aceptaran tal y como es. Algo gordito, aficionado a leer y con poca capacidad deportiva, pero ahora sabe que con empeño se pueden conseguir las cosas y que un poco de práctica deportiva no le viene mal a nadie.
AUTOEVALUACIÓN
Nuestra historia es un claro ejemplo de cómo a través de la educación se pueden disminuir las diferencias sociales de las personas.
Así pues, Jorge no tenía esperanza alguna en que la gente de su alrededor (sobre todo sus hermanos y compañeros de clase) lo tratara con el respeto y la dignidad que toda persona merece. Sin embargo, gracias a su amigo Pedro, consigue la motivación que necesitaba para intentar superarse y demostrar que aunque no consiga finalmente el objetivo de entrar en el equipo de fútbol, es capaz de realizar el proceso correcto de esforzarse y sentirse mejor consigo mismo para que posteriormente los demás se metan con él. Aquí se refleja el principio de igualdad de oportunidades.
Nombres: Del Valle Cebrián, Amalia
Porcar Orihuela, Mª José
Tortosa Amorós, Ana Mar
RESEÑA SOBRE LA EDUCACIÓN
El Valor de Educar
Fernando Savater
Filósofo español nacido en San Sebastián en 1947. Profesor de ética en la Universidad del País Vasco y autor de numerosas obras que cultivan los más variados géneros, especialmente el periodístico y el ensayo filosófico, aunque también ha escrito novela y teatro. Actualmente es catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Premio Planeta de novela 2008 con La hermandad de la buena suerte. El valor de educar
Savater, empieza este libro con un prólogo llamado Carta a la maestra, donde critica la nuestra sociedad que menosprecia la profesión de maestro. Además, el autor habla de la importancia que tienes los maestros sobre las personas, ya que son ellos los encargados de formar a las nuevas generaciones, tanto a nivel educativo como a nivel personal. En resumen, en esta primera parte del libro, Savater deja constancia de su gran admiración por la educación de los padres y madres hacia sus hijos, y lo hace dando las gracias a su propia madre que es a quien va dirigida la carta.
En el segundo capítulo Los contenidos de la enseñanza, el autor parte de la idea que el ser humano que nace adquiere aprendizajes a través de la comunicación con sus iguales, no basta sólo con nacer sino que hay que educarnos, y esto sucede gracias a los padres y a los maestros. Lo primero que la educación nos enseña es que no somos únicos y que no somos los iniciadores. Esta educación (como toda la organización social) gira en torno al tiempo, ya que no existe aprendizaje que no implique conciencia temporal, además de por el tiempo la educación se rige por otra regla, para enseñar algo primero es necesario haber vivido ese conocimiento ya que aunque la condición humana nos permita enseñar, no todo el mundo puede hacerlo sobre cualquier cosa. Savater no entiende una educación sin instrucción y viceversa, la enseñanza tiene dos tipos de capacidades: las abiertas y las cerradas, en las primeras jamás se alcanza su dominio y en las segundas sí. Aprender es una capacidad abierta, al igual que una actividad permanente, ya que nunca dejamos de aprender, por tanto nunca nos dejan de educar, pero ¿qué es la educación? La educación, es el proceso por el cual, el ser humano, aprende diversas materias inherentes a él. Por medio de la educación, es que sabemos como actuar y comportarnos sociedad. Es un proceso de sociabilización del hombre, para poder insertarse de manera efectiva en ella. Sin la educación, nuestro comportamiento, no sería muy lejano a un animal salvaje. La educación nos es impartida, desde la infancia. Ya en la lactancia, el niño comienza a crear vínculos sociales, con quienes lo rodean. El ser humano, está constantemente, en un proceso de educación. Por tanto no podemos hablar de una educación puramente escolar, la familia y conocidos toman un papel fundamental en esta, es por eso que deberían trabajar maestros y familia codo con codo para proporcionar una excelente educación a los niños/alumnos. Los padres deberían confiar más en los profesores de sus hijos, así como respetar que aprendan cosas en la escuela de una manera que ellos no emplearían. Está claro que la educación ha mejorado en este último siglo, pero también han aparecido problemas que no dejan evolucionar el sistema como debería. Puede que asuste leer lo que a continuación expondré pero espero que quede claro después de mi explicación, y es que creo que en los últimos años se les ha dado demasiados derechos a los menores y se les han exigido pocos deberes, ¿o es que no conocemos ningún caso en el que un padre defiende a su hijo a capa y espada ante un profesor porque este último ha visto oportuno imponerle un castigo? Casos como el anterior ejemplo se ven todos los días y eso no es culpa del profesorado ni de los alumnos, sino de los padres. Entonces, ¿deberíamos formar mejor a los profesores o deberíamos tener una escuela para ser padres? En mi opinión los padres deberían cambiar su visión de educación y volver un poco a la educación que recibieron de sus padres, en que nada se conseguía sin habérselo ganado. Sobre este tema habla Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, en un video colgado en www.youtube.com llamado “Lección magistral”, Calatayud habla de un modo muy cercano sobre los culpables de problemas que se encuentra en los juzgados y cómo podríamos solucionarlos. Una de las cuestiones que plantea es “¿Cómo voy a educar a mi hijo si no me dejan meterme en su vida?”, cada día los jóvenes “marcan mas su territorio” su espacio es impenetrable por sus padres, es lo que se llama “intimidad”, en mi opinión intimidad y control paternal no están reñidas, un joven puede tener intimidad a la vez que sus padres saben todo del él. En definitiva, creo que esos padres que culpan a la sociedad, los profesores o incluso las amistades de que sus hijos fracasen en la escuela (por ejemplo) deberían hacer una mirada introspectiva y analizar cuál ha sido su trabajo con ellos, porque una persona no nace sino que se hace, por tanto no se puede culpar a un niño/joven de que fracase en la escuela y tenga actitudes delinquivas por el simple hecho de “haber nacido así” lo que asociaríamos a los genes. Las personas se van formando y los primeros agentes son los padres, estos deberían asumir su importante papel en la educación de sus hijos.
No podemos olvidar el trabajo del profesor en el aula, pero en mi opinión este se resume más a prepararlo para la vida (y no hablo de la instrucción pura) es decir, un padre tiene más tiempo y, en teoría, más lazos que le unen a su hijo, por eso es imposible que su educación hacia el sea la misma que pueda recibir por parte de un profesor, este último en mi opinión pone en práctica aquello que los alumnos deberían saber de casa, pone a prueba su ética moral para ver cómo responden, es decir simula momentos que podrían pasar más tarde fuera de la escuela y ayuda a sus alumnos a superarlos con éxito. Podríamos decir que la escuela es un gran ensayo para la función de teatro que es la vida.
Valoración:
Me gustaría poder haber hablado más sobre la educación, pero como Savater, me he dado cuenta de que no se lo suficiente. Escribir este ensayo ha despertado en mi la curiosidad de conocer más aspectos sobre la educación. Creo que no he cumplido con mis expectativas iniciales y por ello mi autoevaluación es un 6.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Educación en valores
domingo, 14 de noviembre de 2010
ARTICLES
- El niño autista en la clase de educación física: elaboración de un circuito por estaciones.
- Educación Física y autismo.
- La integración de niños con autismo a las clases de Educación Física convencionales.